
como no queriendo
estar
tengo peces negros
que se nombran míos
yo no conozco a ninguno
cuando me hablan
siento
pesadumbre y
algo parecido a la flama
con rumor de tábano
no sois parte mía
digo
y la voz llega ronca
apagada
casi hueca
desde ayer
uno viene siempre a mi lado
y se contonea
orgulloso de serme
los otros al fondo
Nadan
si fui lago
no lo entiendo
mi recuerdo es sólo arena
ya no existe su humedal
los peces me ajenan la mañana
me cantan
se sumergen
hablan de la vida
preguntándome hasta cuándo
no os quiero
digo
y me tienden una letra
que flota sobre el agua
hasta hacerme con las ondas
el nombre que yo soy
en la tarde
uno me ha saltado desde el ojo
y ahora vive entre mis senos
para así hablarme
dice
de las cosas de los peces
me miro sobre el agua
buscándome las branquias
una aleta
quizás
que me guíe en la deriva
Delante
sin saber que estoy
me mojo las manos
y contemplo las escamas
olvidándolo todo
desde la noche hablo
con la brisa
y el idioma de las charcas
busco personas-peces
que aún no lo saben

Comentarios
y personas anfibio. frías, gélidas. se las reconoce por la ausencia de calor a su alrededor. por la viscosidad de su palabra, medida al milímetro estrecho de la cuadrícula donde reposan sus entrañas petrificadas.
hay también personas pájaro. personas gato. personas cordero. y personas lobo acorderadas.
y las mil y una variantes, híbridos y camuflajes que Natura permite y regala.
hablamos un poco de Zoología, Madame G.?
S.V.