Todos los amigos de Aparicio Talavera habían recibido alguna vez un bolígrafo como regalo. Y eso no tenía nada de particular si no fuera porque los enviaba envueltos en hojas de acelgas. Ante las preguntas de todos ellos, Aparicio sólo encogía los hombros y pronunciaba “Vitamina A”, y seguía con sus quehaceres.
En la última entrega de uno de sus famosos bolígrafos, la pregunta fue diferente:
- Gracias, pero… ¿Por qué has metido un bolígrafo en mi regalo? Con lo bonita que es mi hoja de Acelga ¡Vaya ocurrencia! - dijo la amiga.
Y Aparicio Talavera la miró con los ojos más grandes que pudo sostener mientras susurraba, “Para que la Vitamina A no se sienta sola” y la besó para despedirse hasta la tarde siguiente. Sin duda, Micaela Serradilla, sería su compañera.
Comentarios
Un besote, amiga, felicidades por ese premio (sera porque cada dia me resulta mas dificil a mi, escribir una carta de amor)