guerra de la calle, guerra del alma
Escribir, ¿tiene sentido? La pregunta me pesa en la mano. Se organizan aduanas de palabras, quemaderos de palabras, cementerios de palabras. Para que nos resignemos a vivir una vida que no es la nuestra, se nos obliga a aceptar como nuestra una memoria ajena. Realidad enmascarada, historia contada por los vencedores: quizás escribir no sea más que una tentativa de poner a salvo, en el tiempo de la infamia, las voces que darán testimonio de que aquí estuvimos y así fuimos. Un modo de guardar para los que no conocemos todavía, como quería Esquiu, “el nombre de cada cosa”. Quien no sabe de dónde viene, ¿cómo puede averiguar adónde va?
el diagnóstico y la terapéutica

El amor es una enfermedad de las más jodidas y contagiosas. A los enfermos cualquiera nos reconoce.Hondas ojeras delatan que jamás dormimos, despabilados noche tras noche, por los abrazos o por la ausencia de los abrazos, y padecemos fiebres devastadoras y sentimos una irresistible necesidad de decir estupideces.
El amor se puede provocar dejando caer un puñadito de polvo de quereme, como al descuido, en el café o en la sopa o el trago. Se puede provocar, pero no se puede impedir
No lo impide ni el agua bendita, ni lo impide el polvo de hostia, tampoco el diente de ajo sirve para nada. El amor es sordo al Verbo divino y al conjuro de las brujas . No hay decreto de gobierno que pueda con él , ni pócima capaz de evitarlo, aunque las vivanderas pregonen, en los mercados infalibles brebajes con garantía y todo.
El amor se puede provocar dejando caer un puñadito de polvo de quereme, como al descuido, en el café o en la sopa o el trago. Se puede provocar, pero no se puede impedir
No lo impide ni el agua bendita, ni lo impide el polvo de hostia, tampoco el diente de ajo sirve para nada. El amor es sordo al Verbo divino y al conjuro de las brujas . No hay decreto de gobierno que pueda con él , ni pócima capaz de evitarlo, aunque las vivanderas pregonen, en los mercados infalibles brebajes con garantía y todo.
Comentarios
S.V.
S.V.
La pregunta siempre es cuestionable a la vez que necesaria. Se encuentre o no respuesta, quién evita preguntarse...
Gracias por su bizantina visión. Así nos cuestionaremos algo más sobre este arte de la palabra escrita y sus mútiples usos.
Pero esto siempre se hace delante de los comensales y a petición.
Lo del rasurado es primordial, pero cada persona aplica su técnica.
No dude que será invitada al próximo festín.
Siempre un placer su punto de vista.
Un beso